lunes, 10 de septiembre de 2007

La jungla 4.0

Live Free or Die Hard
Director: Len Wiseman
Dirección: Len Wiseman. Guión: Mark Bomback. Intérpretes: Bruce Willis, Timothy Olyphant, Maggie Q, Justin Long, Jeffrey Wright. 130 min. Jóvenes. (VD)

John McClane vuelve a estar en el lugar y momento equivocados, pero con sus expeditivos métodos de trabajo –un hombre analógico en un mundo digital– logrará salvar el mundo y estrechar lazos con su joven hija.

La película, por supuesto, ofrece un ritmo vertiginoso y elaboradas escenas de acción. Son disparatadas pero, ¿qué importa? Aceptada la premisa de la suspensión de la incredulidad, se disfruta de auténticos momentos circenses, como el enfrentamiento del túnel o cómo derribar un helicóptero con un automóvil, o el duelo entre un camión y un caza de combate.

Pero los efectos especiales y las coreografías no bastan. Hay además un guión inteligente de Mark Bomback, que parte del artículo periodístico de John Carlin “A Farewell to Arms” (Adiós a las armas), sobre la excesiva dependencia tecnológica. La trama especula sobre qué ocurriría si piratas informáticos colapsaran los equipos que regulan la circulación, el suministro energético, las finanzas, la seguridad nacional… Y el telón de fondo de los miedos post 11-S refuerza el planteamiento. McClane debe llevar a cabo una tarea sencilla –poner a un hacker a disposición del FBI–, pero las cosas se complican cuando un equipo de terroristas trata de eliminar a su hombre. Lo lidera un villano de envergadura (Timothy Olyphant), con oscuros propósitos no desvelados enseguida.

El film es fiel al espíritu de la saga, también en la añoranza del héroe por la vida familiar, y en el sacrificio y la renuncia, precio que debe pagar quien tan altas cualidades posee para enfrentarse a los villanos de turno. Hay además mucho sentido del humor, buenas réplicas y guiños para McClane, inmenso Bruce Willis, cuando conversa con su “protegido”, su hija, el FBI o los “malos”.

Firmado por José María Aresté Fecha: 5 Septiembre 2007
Aceprensa.com

La carta esférica

Director: Imanol Uribe
Director y guionista: Imanol Uribe. Intérpretes: Carmelo Gómez, Aitana Sánchez-Gijón, Enrico Lo Verso, Javier García Gallego, Gonzalo Cunill. 100 min. Adultos. (VXD)

A pesar de que casi todas mantienen un nivel aceptable, las diversas adaptaciones cinematográficas de las novelas de Arturo Pérez-Reverte suelen decepcionar tanto a los lectores como a los buenos aficionados al cine. La carta esférica no cambia esa tendencia. El realizador vasco Imanol Uribe (Días contados, El rey pasmado, Extraños, El viaje de Carol) adapta la novela homónima, que Pérez-Reverte publicó en 2000 (ver reseña).

Su trama se centra en la búsqueda del Dei Gloria, un bergantín de la Compañía de Jesús, procedente de las Indias, que fue hundido en el siglo XVIII por un barco pirata cerca de las costas de Cartagena. En la empresa se ve involucrado Ismael Coy, un veterano y escéptico marino, ahora sin barco y sin dinero, que conoce a la misteriosa Tánger Soto en una subasta de objetos marítimos. Subyugado por la belleza de esta mujer, Coy acepta ayudarla en la azarosa búsqueda del pecio.

La película de Uribe provoca sonrojo en sus histéricas escenas sexuales, falla en las contadas peleas y escenas de acción –rodadas con bastante torpeza– y flaquea en algunas situaciones melodramáticas, cuyos diálogos suenan a pedantería libresca. Ciertamente hay oficio y buenas maneras en las interpretaciones, la fotografía de Aguirresarobe, la música de Bingen Mendizábal y el montaje Teresa Font; pero la película no funciona.

A los defectos ya señalados, se añade una evidente carencia de tensión dramática: la trama pierde fuelle durante el desarrollo de la intriga hasta volverse plana en un desenlace previsible, abrupto y puntualmente ridículo. La duda es si esa falta de energía y hondura dramáticas es defecto del guión de Uribe o está ya en la novela de Pérez-Reverte. Pues, al fin y al cabo, el popular escritor vuelve a repetir la misma fórmula pesimista, sórdida y cínica de la mayoría de sus novelas. De hecho, Ismael Coy recuerda demasiado a Alatriste, Tánger Soto a María de Castro y Nino Palermo a Malatesta. Los homenajes a Conrad, Stevenson, Melville y Patrick O’Brian no van más allá del inane guiño erudito. Hoy por hoy, Pérez-Reverte está muy lejos de esos clásicos de la literatura de aventuras marinas.

Firmado por Jerónimo José Martín Fecha: 31 Agosto 2007
Aceprensa.com