domingo, 28 de octubre de 2007

A pocos días del estreno de "Bella" actor agradece "bendiciones de Dios"

Eduardo Verástegui, el famoso actor y cantante mexicano que dejó el éxito en el mundo para producir películas con valores de matriz cristiana, ha dado a conocer en una carta el agradecimiento por "las bendiciones de Dios" que han permitido el anticipado éxito de la película "Bella".

"Encontrar inversionistas para financiar ‘Bella’ fue el primer milagro, completar la película fue el segundo. El tercer y más grande milagro fue cuando ‘Bella’ ganó el Festival de Cine de Toronto", dice Verástegui en su carta.

Sin embargo, confiesa que "el momento más emocionante de todos ha sido el de viajar por el país y encontrarme con ustedes"; en referencia a las decenas de encuentros que los productores de la emotiva película pro-vida han tenido en Estados Unidos con grupos religiosos y de defensa de la vida.

Verástegui cuenta que, para el estreno, luego del difícil paso de encontrar un distribuidor, "ya tenemos centenares de salas de cine pre-vendidas y muchos entusiastas que están comprando 100 entradas por familia, o algunos están tratando de comprar entradas para toda una ciudad, todo en apoyo de nuestra película y su mensaje".

"Quiero que sepan lo agradecido que estoy, y espero que cuando se estrene en las salas este viernes, te puedas sentar en la butaca, mires a la gran pantalla y te sientas parte de este milagro en acción".

El actor mexicano describe Bella como "una bella película que para mí fue creada por alguien más grande que todos nosotros, nunca olvidaré toda la pasión, respaldo y vida que esta película ha inspirado".

"Bella" narra la historia de una mujer que es despedida de su trabajo justo cuando se entera que está embarazada en una inhumana Nueva York, y establece una amistad con un futbolista latino caído en la desgracia. A través de esta amistad, la redención de ambos personajes se va elevando con intensa emotividad, en el marco de una familia acogedora y de circunstancias que van mostrando la hermosura de la vida cuando se vive con esperanza.

Más información http://www.bellathemovie.com/

LOS ÁNGELES, 25 Oct. 07 (ACI).

lunes, 22 de octubre de 2007

«La sangre del pelícano», la novela de intriga espiritual irrumpe en el Vaticano

«La sangre del pelícano» (editorial «Libros libres») se ha convertido en las últimas semanas en uno de los «thrillers» espirituales de más éxito en español.

Su autor, Miguel Aranguren (1970), confiesa en esta entrevista que con su séptima novela ha querido «demostrar que la intriga espiritual no puede ser patrimonio de los que atacan a la Iglesia».

Todo comienza en los jardines de Villa Borghese (Roma), cuando un cadáver decapitado aparece entre la foresta. El padre Albertino Guiotta ha sido guiado hasta all&iacut! e; por un anónimo que ha aparecido en el confesionario de su parroquia. Todo hace presumir que una secta satánica está decidida a dar el último y definitivo golpe a la Iglesia ya que, al mismo tiempo, un convento de clausura del Albaicín (Granada) vive con perplejidad unos ataques desagradables y recurrentes y en Cantón (China), los católicos perseguidos parecen dispuestos a sufrir una dura persecución a causa de su fe. Por si fuera poco, Aranguren entrelaza otras dos tramas: la que ha paralizado a la racionalista Francia ante los espectáculos espirituales de un santón gnóstico, obsesionado en confrontar sus fuerzas sobrenaturales con el mismísimo Papa; y la batalla que se disputan en las Naciones Unidas dos mujeres de fines opuestos. Al final, de fondo, el lector se enfrenta ante la lucha entre el bien o el mal.

Somos conscientes de que podemos desvelar muy pocas co! sas más acerca de la trama de «La sangre del pelícano». En todo caso, la novela comienza con una extraña sensación de oscuridad en el alma del padre Albertino Guiotta (protagonista indiscutible de la novela), como si se preparara una terrible tormenta espiritual sobre Roma, y finaliza con una sonora carcajada por parte del cura. ¿Era su intención, al escribir esta novela, mostrar los contrastes entre el bien y el mal?

Bien y mal, virtud y vicio, gracia y pecado son conceptos antagónicos que aparecen constantemente en la novela. Es más, «La sangre del pelícano» está ambientada en un tiempo próximo en el que la sociedad ha rechazado, de alguna manera, la posibilidad del pecado. Pero el pecado existe. Comenzó con la caída de nuestros primeros padres y finalizará con la Parusía, el regreso de Cristo, Rey de la Historia, para juzgar a vivos y a muertos. Mientras tanto, la batalla entre el bien y el mal no conocerá descanso. Pero ya decía Pablo VI que el demonio se aprovecha de este descreimiento universal sobre su perversa figura, a pesar de que pocas veces puedan encontrarse tantas sectas y movimientos vinculados al príncipe de la mentira, al mismo tiempo que pocos momentos de la historia disfrutan de testimonios de santidad tan vivos como los de estos últimos cien o ciento cincuenta años.

Pensábamos que la marea de «El código da Vinci» ya había pasado. Sin embargo, «La sangre del pelícano» parece advertir que el género del misterio espiritual no se acabó en la obra de Dawn Brown.

No sólo no se ha acabado con «El código da Vinci» ni con otras novelas que aprovecharon el tirón comercial de aquel libro. Es más, aquella literatura-basura prostituyó un género que no puede manejar quien no tenga fe, salvo que le sea ajeno el riesgo de caer en la desinformación (como le ocurría a Brown) o directamente en la calumnia. El misterio de la salvación del hombre es inmenso y da pie a muchas recreaciones, también literarias. Los medios de comunicación, por desgracia, ofrecen también una imagen interesadamente sesgada de la Iglesia y sus obras. ¿Por qué no, entonces, lanzarse a la elaboración de una novela que conjugue todas estas ausencias? Es decir, existía la necesidad de mostrar, mediante las peripecias de una serie de personajes, qué es la Iglesia, cuál es el papel de la gracia, qué es el perdón y la misericordia, cuál es el valor de los sacramentos, especialmente de la Eucaristía, quiénes fueron las figuras egregias del cristianismo del siglo XX, etc.

¿Se atrevería a señalar a los lectores de Zenit cuáles son las manifestaciones actuales del mal?

La verdad es que prefiero hablar en positivo. Como antes decía, y a pesar de que en general los medios de comunicación no lo reflejen, en todos los rincones del mundo hay testimonios auténticos de santidad, de heroísmo en la práctica habitual de las virtudes. Pero el mal está ahí, bien representado, por ejemplo, por la «cultura de la muerte», presente también en «La sangre del pelícano». El aborto, la manipulación de embriones, la eutanasia…, acaban con el destino trascendente del hombre, lo cosifican, eliminan de él toda su dignidad, esa que nos hace superiores y dueños de todas las criaturas, ajenos al paso del tiempo, a la misma muerte, que no es nuestro destino irremediable si! no un paso misterioso hacia una vida totalmente plena.

¿Qué pretende recoger con el título de la novela? «La sangre del pelícano» habla de un ave herida y en su portada, además, aparece la inquietante esvástica nazi, de tan horribles recuerdos.

La imagen del pelícano que se hiere a sí mismo para alimentar a sus crías en tiempos de carestía fue utilizada por los primeros cristianos para representar de forma figurada a Jesucristo y a la Eucaristía. El propio canto eucarístico «Adoro te devote», santo Tomás se refiere a Jesús como a ese bondadoso pelícano que nos entrega su carne y su sangre como prenda de salvación. En la novela esta presencia salvadora y misteriosa de Jesús sacramentado está presente, sobre todo, en la esperanza del Santo Padre, al que no vacila su fe como no vaciló la de los primeros cristianos en las que fueron algunas de las más terribles persecuciones de la historia de la Iglesia. Y sobre la esvástica nazi, la portada de la novela no hace otra cosa que anunciar lo que el lector va a encontrarse dentro del libro: que el demonio utilizó la ambición de Adolf Hitler y otros canallas de la historia para intentar acabar con el bien.

¿Cómo aceptará su novela un lector no creyente?

Supongo que disfrutará con su lectura, ya que por encima de este diálogo de aires teológicos que estamos manteniendo, se trata de una novela de intriga, de puro entretenimiento, de una batalla en la que los «buenos» necesitan sagacidad ante las enormes dificultades que les ponen aquellos que quieren que triunfe el mal. El lector, de esta manera, puede también participar buscando la manera de ayudar al padre Albertino y al comisario Luigi Monticone, el antihéroe de esta novela.

Por último, en «Las sangre del pelícano» se mezcla realidad y ficción a juzgar por la aparición de la Madre Teresa de Calcuta y de Juan Pablo II en el entramado de una historia ficticia.

He comentado en otros lugares que Juan Pablo II (que en la novela ya ha sido proclamado santo por la Iglesia) y la Madre Teresa de Calcuta son algo más que personajes históricos. Su paso por la tierra ha removido a mucha gente pública y a muchísima más que pertenece al anonimato de los pueblos. Yo mismo me siento deudor de su vida, gestos y palabras. En «La sangre del pelícano» juegan un papel fundamental en el padre Albertino Guiotta, ya que antes de su conversión tuvo cierto trato con una secta satánica y para su posterior ordenación sacerdotal precisó de la intervención directa del Papa polaco que, además, alimenta a la Iglesia perseguida de China. La Madre Teresa fue interlocutora directa de Albertino, pero no puedo contar más…

Más información en www.miguelaranguren.com y en www.libroslibres.com

MADRID, lunes, 15 octubre 2007 (ZENIT.org)


domingo, 21 de octubre de 2007

Tomás Moro, un hombre para todas las horas


Tomás Moro (1478-1535) fue uno de los grandes humanistas del Renacimiento, erudito, escritor, polemista, abogado, juez, político, diplomático, y finalmente Lord Canciller de Inglaterra (el primer Lord Canciller laico en varios siglos). También fue un hombre hogareño, modelo de esposo y de padre, y amigo de sus amigos; entre éstos se encuentran los más destacados humanistas de su tiempo, como Erasmo de Rotterdam y Luis Vives.

Su trágica muerte –condenado a la pena capital por negarse a reconocer a Enrique VIII como cabeza de la Iglesia de Inglaterra– es un modelo de fidelidad a la Iglesia y a la propia conciencia, y representa la lucha de la libertad individual frente al poder organizado.

En 1557 su yerno, William Roper, escribió su primera biografía. Desde su canonización, en 1935, se han publicado muchas otras de diferente valor. El libro de Álvaro Silva, que también tradujo y editó obras de Moro y la correspondencia del humanista, no es una biografía, aunque recorra buena parte de su vida, sino un viaje a la cabeza y al corazón de Moro, a través de sus escritos.
Reconoce Silva que el género biográfico es siempre contemporáneo, pues hay demasiados elementos de esa época que nunca llegaremos a interpretar correctamente; pero admite que ésa no es una razón para dejar de intentar acercarse al personaje y hacerlo lo mejor posible.

Silva aborda el tema en cinco capítulos originales y de extraordinario valor por su seriedad y penetrante análisis. El primero y principal trata de Utopía: no sólo del contenido del libro más famoso de Moro, sino de lo que es en sí y lo que supuso para Moro. Explica Silva que Utopía es un “modelo” de reforma, un ejercicio mental realizado por un gran humanista, que enseña a pensar y da las claves de la mente del humanista (y hace soñar lo que podría haber sido una reforma de la Iglesia desde dentro, sin Lutero). Este capítulo da una pauta que seguirá Silva a lo largo del libro; los puntos concretos que estudia y muestra los relacionará con la vida posterior de Moro.

Los otros capítulos, menos densos, pero no menos enjundiosos, comienzan por “Moro lector”, que explora sus hábitos de lectura: tanto los textos que escogía como su manera de tratarlos y valorarlos. “Las mujeres de Moro” habla no sólo de sus mujeres e hijas, sino de toda su forma de tratar a “la otra mitad del mundo” en una época completamente machista. “Moro y los herejes” recuerda muy particularmente la ruptura de la cristiandad, sus desvelos por salvaguardar la integridad de la fe desde la política, su labor como polemista –lo peor de su obra escrita– y su evolución hacia posturas más tolerantes. “El martirio y el arte de vivir” y “¿La conciencia de Moro o el cabezota de Moro?” coronan una vida plena, cuya características principales –sus peores enemigos lo reconocen– es la sinceridad y la coherencia.

El libro de Silva es una delicia que invita a leer las obras de Moro y a conocer más una época apasionante; también exige un cierto conocimiento previo de la vida del Canciller, como el que pueden proporcionar las biografías escritas por Andrés Vázquez de Prada o Peter Berglar.

Autor: Álvaro de Silva
Marcial Pons. Madrid (2007). 264 págs. 22 €.
Firmado por Fernando Gil-Delgado Fecha: 17 Octubre 2007

domingo, 14 de octubre de 2007

"Los 7 mitos de las madres trabajadoras"

Las mujeres han ganado la libertad para incorporarse al mercado laboral, para “trabajar fuera de casa”. Pero, ¿respeta nuestra cultura la libertad de las mujeres que deciden no trabajar? En el fondo, ¿no hay una presión ambiental que menosprecia a las madres que deciden no trabajar fuera de casa? ¿Nuestra sociedad valora adecuadamente el trabajo de las mujeres en casa?

Por otra parte, las mujeres reciben otro mensaje profundamente injusto: Es posible tener una carrera profesional competitiva, lo que significa un trabajo de muchas horas diarias, y criar a los hijos cuando son pequeños. Es sólo “cuestión de organización”. Pero los permanentes “testimonios ejemplares” de estas superwoman llevan una carga envenenada: Si tú no lo puedes hacer es por tu culpa, es porque no eres suficientemente buena.

El resultado es el estrés y la frustración de muchas mujeres, la permanente sensación de que no llegan a todo y de que no están “dando la talla”.

Este libro es un alegato liberador para las mujeres de hoy en día. No es posible hacerlo todo al máximo. La vida conlleva elecciones y hay que valorar las consecuencias de cada una. Y si la maternidad estuviese justamente reconocida en nuestra sociedad y las mujeres fueran libres para elegir, muchas se librarían de esa tensión que la actual cultura dominante les impone.

Una cultura injusta que pretende imponerse

Los 7 mitos de las madres trabajadoras aborda valientemente estas cuestiones, que están siendo objeto de fuertes debates en Estados Unidos, donde las mujeres, después de demostrar de lo que son capaces profesionalmente, quieren recuperar ahora la auténtica libertad para poder elegir sobre su vida familiar.

Suzanne Venker ha sido durante años profesora de secundaria. Escritora y madre a tiempo completo, vive en St. Louis.

Por: Suzanne Venker