No hubo desacuerdo entre su director, Carlos Carrera, y su guionista, Sabina Berman, al aprobar esta nueva película sobre los feminicidios de Ciudad Juárez, a estrenarse esta semana. Y es que ambos deseaban enfocar el fenómeno a fondo: ella viajando al lugar antes de escribir, él filmando en los sitios donde ocurrieron los hechos. Otra vez se hace presente el cineasta Carlos Carrera, luego de su polémica y taquillera cinta El crimen del padre Amaro (2002), con una historia “fuerte” sobre las muertas de Juárez en Chihuahua de la dramaturga y guionista de cine Sabina Berman. Bajo el título Backyard/El traspatio, el destacado director pone en la mira al exgobernador de Chihuahua, Francisco Javier Barrio Terrazas, nombrado por Felipe Calderón como embajador en Canadá, y muestra a Abdel Latif Sharif, El Egipcio (fallecido en 2006), a quien se le adjudicaron al menos 70 crímenes en Ciudad Juárez y su vinculación con la banda de Los Rebeldes, por lo cual fue sentenciado a 30 años de prisión con irregularidades en su caso. También presenta la corrupción policiaca, todas las hipótesis en torno de los asesinatos de las mujeres (tráfico de órganos, el machismo, violencia intrafamiliar, un asesino serial por deporte...), su situación en las maquiladoras, la posición de esa ciudad fronteriza, la falla del Estado, la sociedad indiferente, el desinterés de los medios informativos por difundir los casos, el narcotráfico y los feminicidios en todo el mundo. Todo a través de dos historias centrales: la de Blanca Bravo (Ana de la Reguera), policía que investiga los asesinatos, y Juanita Sánchez (Asur Zágada), obrera de una maquiladora que proviene de Cintalapa, Tabasco. El traspatio es la primera adquisición de Paramount Pictures en México y se estrenará a nivel nacional el jueves 19 con 350 copias. En vísperas de su esperada exhibición, Carrera aclara que el largometraje no sólo es sobre las muertas de Juárez, “sino de lo que sucede en todo el país”. –¿El traspatio incomodará a alguien? –No lo sé. No es un filme cómodo porque la realidad no es cómoda. –¿Disgustará a las autoridades? –Que disguste e impulse a tomar cartas en el asunto. Que los políticos no sean tan insensibles al dolor humano de tanta gente en México. El elenco de la película es numeroso, cercano a los 70 personajes. Allí se destacan Alejandro Calva, Iván Cortés, Joaquín Cosío y Marco Pérez, y el famoso actor estadunidense de origen latino Jimmy Smits. Los productores son Isabelle Tardan y la misma Berman. El coproductor es Epigmenio Ibarra, director de Argos Comunicación. Además, intervienen el Grupo Financiero Inbursa, Coppel y el Fondo para la Producción Cinematográfica de Calidad. Varias son las cintas que han surgido alrededor del tema, como los documentales Señorita extraviada (2000), de Lourdes Portillo; Desierto de esperanza (2002), de Cristina Michaus; Ni una más (2002), de Alejandra Sánchez; Preguntas sin respuesta. Las muertas de Juárez y Chihuahua (2005), de Rafael Montero, y Bajo Juárez, la ciudad devorando a sus hijas, de Alejandra Sánchez y José Antonio Cordero. Hacia 2005, TV Azteca produjo la serie Tan infinito como el desierto. Ese mismo año los periodistas Jean-Francois Boyer, Marc Fernández y Jean-Christophe Rampal realizaron el documental Ciudad Juárez: La ciudad que mata a las mujeres, transmitido por el Canal Plus de Francia. También existe el largometraje Verdades que matan (en inglés “Bordertown”), que Gregory Nava estrenó en 2008. Un espejo Para dar más veracidad a la historia, Carrera encomendó la segunda unidad de cámara al laureado documentalista Everardo González, realizador de Los ladrones viejos. Captó un sinnúmero de aspectos de Ciudad Juárez. Al director, que se situó en un primerísimo lugar cuando su corto de animación El héroe se llevó la Palma de Oro en el género en el Festival de Cannes (2000) –con trabajos anteriores como La mujer de Benjamín, Sin remitente y Un embrujo–, el guión le atrajo por las razones múltiples que aborda sobre los feminicidios de la ciudad fronteriza, además de mostrar la situación del país a partir de esa situación. Según él, en Ciudad Juárez se concentra potenciadamente todo lo que sucede en el resto de México: “Más que realizar una película sobre las muertas de Juárez, me interesaba ver qué sucede en el país para que se pueda dar un fenómeno de esta naturaleza, y en el guión de Sabina encontré la explicación.” Fueron Berman e Ibarra quienes invitaron a Carlos Carrera a participar en el proyecto: “Trabajamos Berman y yo en una revisión del guión y estuvimos de acuerdo. Todo funcionó bien.” –¿Es su idea el retrato documental de Ciudad Juárez que realizó González? –Sí. Salvo los documentales, las películas de ficción que se han hecho sobre Ciudad Juárez se filman en otros lugares, y a mí me interesaba retratar los sitios donde sucedieron los acontecimientos, tomando en cuenta que el cine, además de todo, es un vehículo parar preservar la memoria. Antes y durante el rodaje, realizó una investigación. –¿Qué fue lo más difícil de la película? –El miedo era caricaturizar o simplificar este asunto. –¿Cómo no caer en ello? –Busqué matices trabajando con los actores y en la puesta en escena. Además, traté de ser objetivo y mostrar las dos caras. De pronto se puede pensar que no existen policías afectados o con cierto grado de sensibilidad, y también existen. –Cuando se ve al gobernador, que es Barrio Terrazas, se piensa que va a ser muy criticado. ¿No fue muy contemplativo con él? –No creo que salga librado en la película. La película no es un documental, sino una historia de personajes, y me gusta que cada personaje tenga sus matices y sean complejos, no que sean sólo los villanos o los buenos. –¿Tampoco fue muy crítico con El Egipcio? –Su caso fue muy turbio. Se demostró su culpabilidad a medias. Traté de mostrar el abanico y la ambigüedad de las resoluciones de la justicia. El problema es que no se sabe bien a bien quiénes son los culpables. En el largometraje se ve que los culpables son muchísimas personas. –¿Qué opina de las diferentes hipótesis sobre las muertas de Juárez? –Es una muestra pequeña de lo que sucede en el país y otras naciones. Queda claro el desprecio por la vida humana, y en particular considerar a las mujeres como desechables, eso es lo atroz. “En relación con la impartición de justicia, nunca se investiga, de repente sí atrapan a algunos culpables, sobre todo cuando se trata de crímenes intrafamiliares, pero el índice de asesinatos de mujeres en crímenes sexuales, es abrumador.” –¿Cómo no caer en el amarillismo? –Me interesaba que se sintiera la violencia en toda su dimensión. –¿Cómo logró la objetividad? –Teniendo cuidado al rodar, no tomaba partido por ninguno de los personajes. Traté de darles el mismo peso a todos. –¿Qué puede aportar El traspatio? –Pretendemos que quedé otra vez clara y manifiesta esta realidad, que no se nos olvide que esas cosas suceden. Debe de haber otra película y todas las que hagan falta, creo que hay que seguir hablando del asunto, de Ciudad Juárez y de todo lo que acontece en el país. –En el filme se aprecia un sello muy periodístico, ¿fue a propósito? –Está basada en datos, hechos reales, y tratamos de respetar hasta el aspecto físico de muchos de los personajes que están retratados. –¿Por qué una mujer policía es la investigadora en los feminicidios? –Así ya estaba el guión. –¿Qué opina de eso? –Era peligroso porque podía ser evidentemente un discurso feminista. Y probablemente hubiese sido interesante que hubiera sido un investigador, pero habría resultado igual. Con el proyecto, Carrera conoció más el asunto, “y estar en Ciudad Juárez, donde empezaron las ejecuciones, fue muy fuerte”. Berman La guionista Sabina estuvo en 2000 en esa ciudad de la frontera, cuenta: “Había leído sobre las mujeres asesinadas. Entonces me llamaron la atención los mecanismos que rodeaban el fenómeno: de indiferencia e impunidad, contando a la sociedad volteando hacia otra parte, hartos de la tensión de afuera hacia eso. Hablé con las chicas de las maquilas, policías, con activistas de derechos humanos.” Decidió escribir el guión y después visitó a los productores, y no pasó nada hasta que surgió el incentivo fiscal para el cine (el artículo 226 de la Ley Federal del Impuesto Sobre la Renta): “Saqué el guión, lo leí y entendí que los feminicidios es un microcosmos donde están operando las mismas fuerzas que han llevado a la parálisis a todo el país.” Expresa que El traspatio no sólo refleja la situación de la mujer en el mundo, también habla del neoliberalismo globalizado y cómo le está fallando a buena parte de la población mundial. Y asevera que la película es informativa. –¿Por qué creó a una mujer policía y no a un investigador varón? –Tal vez un hombre no hubiera sentido el viento frío de los asesinatos tan irracionalmente. Las mujeres sentimos una identidad inmediata. A estas mujeres las matan por el simple hecho de ser mujeres, y estar desprotegidas es la segunda condición. Espera que cuando la gente salga del cine diga: “Cómo, ¿siguen sucediendo estas cosas?”. Entonces destaca: “Al ver nuestra realidad, te fortaleces; al voltear para otro lado, te vuelves débil y una víctima muy posible de la realidad.” La autora de eXtras y ganadora del Premio Nacional de Periodismo 1999 y 2006, subraya que el largometraje es muy político. –¿Cree que la censuren o disguste? –Estoy segura que disgustará mucho, pero vivimos en un México donde ya no se ejerce la censura, ¿o sí?... Si la clasifican sólo para adultos y prohíben que la vean los chavos que tienen la edad de los personajes, sería un acto de mojigatería e hipocresía gravísima. –¿Siente fuerte la película? –Opino que será un parámetro: Veremos si alguien ejerce censura y quién es.
Columba Vértiz de la Fuente